lunes, 25 de enero de 2010

BULLYING

Insultos,amenazas, robos, peleas, discriminación,...


No es el guión de una película de terror, es el guión de la realidad que acontece en las aulas. Es el Bullying o Acoso escolar, una epidemia de agresiones verbales, psicológicas y físicas entre los más jóvenes que marca negativamente la convivencia en la escuela.

De un tiempo a esta parte, hemos ido viendo en los medios de comunicación informaciones sobre el "Bullying" o la violencia en las aulas, como un hecho novedoso o quizás más presente, pero ¿sabemos lo que es? ¿Qué podemos hacer ante él si nuestros hijos lo sufren? ¿Y si lo sufrimos nosotros?


El acoso escolar (también conocido como hostigamiento escolar, montaje escolar, o incluso, por su término inglés Bullying) es cualquier forma de maltrato psicológico, verbal o físico producido entre escolares de forma reiterada a lo largo de un tiempo determinado. Estadísticamente, el tipo de violencia dominante es el emocional y se da mayoritariamente en el aula y patio de los centros escolares. Los protagonistas de los casos de acoso escolar suelen ser niños y niñas en proceso de entrada en la adolescencia (entre 12 y 13 años), siendo ligeramente mayor el porcentaje de niñas en el perfil de víctimas. El Bullying es el maltrato psicológico y|o físico de un niño a otro, con el objetivo de someterlo o asustarlo, con vistas a obtener algún resultado favorable para los acosadores o simplemente a satisfacer la necesidad de agredir y destruir que éstos suelen presentar.



Todo se debe a los "clanes juveniles" que hay actualmente, esos que se creen que todo el que no es como su gente, hay que hacerle la vida imposible. Aunque por el nombre parece algo nuevo, el Bullying es un hecho que viene de lejos. Frases como "si te pegan dale tú más fuerte", "no seas un cobarde", "tú tienes que aprender a valerte por tí solo",... muestran como la conflictividad entre adolescentes o niños más pequeños, está fuertemente enraizado en la cultura humana. Este tipo de violencia la encontramos en plena sociedad, la hemos visto nosotras mismas y también la ven y verán nuestros hijos si no hacemos algo.





Pensemos en las relaciones que se llevan a cabo en el trabajo, en las relaciones sociales de vecindad (juntas de vecinos,...), en cómo nos transfromamos al volante,... en todo esto los niños observan cómo el maltrato o la violencia pueden convertirse en buenos instrumentos para conseguir determinados objetivos.

Otra idea que debemos tener muy clara es que, para que halla Bullying, debe haber reiteración. La víctima sufre repetidas veces violencia por parte del mismo agresor, lo que daña su autoestima y su identidad personal. Y lo más grave es que los agresores y las víctimas están condenados a convivir. Este hecho de no poder escapar del agresor, provoca en la víctima gran ansiedad y estrés, un miedo continuo, que les lleva incluso a desarrollar también respuestas agresivas, y en casis extremos, pensar en el suicidio. Es la misma reacción que observamos en un trabajador, lo abandona todo por el abuso al que es sometido por su jefe (mobbing), o en la mujer que huye de su pareja cuando es maltratada (violencia doméstica).




¿ Cómo es el agresor? ¿ Qué tipo de niño o adolescente puede cometer estos actos de crueldad con sus semejantes?

Una característica compartida por los agresores es la falta de empatía, es decir, la incapacidad de ponerse en el lugar del otro. No piensan que sus actos repercuten en otra persona que los siente y padece como un tormento, incluso puede llegar a pensar que la víctima se lo merece.

Pero no sólo son víctimas los niños que sufren de bullying, los espectadores de los casos de maltrato en la escuela miran hacia otro lado, lo que hace que lleguen a creerse que el fuerte tiene poder, y que es justo que así sea o que se meten con ese niño porque es un "pringao" y e refuerzan posturas egoístas ("mientras que no me toque a mí"). Puede llevar a los niños a no valorar la violencia que ocurre a su alrededor, llegando a una cierta insensibilización.

Pero, ¿qué podemos hacer? Deberíamos indagar discretamente si realmente ha ocurrido eso que nos cuenta. En caso afirmativo, y sin más demora, debemos contactar con el colegio, solicitando la intervención y cooperación del profesorado, fijando una estrategia de intervención para detener el daño que se está produciendo, y para tratar a medio y largo plazo las relaciones entre los involucrados.

Otras acciones muy convenientes para evitar, sabiendo que cualquiera puede ser víctima del Bullying, pueden ser el potenciar su autoestima y confianza en sí mismos. Podemos aprovechar los últimos casos de Bullying difundidos en la TV para hablar con nuestros hijos. Puede ser que haya sido espectador de alguna situación de abuso y es bueno el hablar con él para saber qué piensa, qué soluciones podrían dar, para orientarle y ayudarle a formar su conciencia.

Como siempre, una buena comunicación entre los padres y los hijos puede ayudarnos a prevenir, y en caso de sufrida o bien ser espectador de esa violencia, podremos adelantarnos a buscar una solución o bien a minimizar y formar adecuadamente a nuestros hijos.





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